El archivo de Marcelo Nogueira encontró el primer intento de agrupación de los periodistas de básquet en septiembre de 1968. Exactamente, ocurrió 50 años y seis días antes de la fundación de nuestra entidad.
Mucho tiempo esperó la prensa del básquetbol para contar con una Asociación en la que nuclearse. Fueron muchos los intentos a lo largo del tiempo para que finalmente viera la luz APREBA el 27 de septiembre de 2018. Y en aquella reunión fundacional en Mar del Plata, como era de esperarse, unos cuantos memoriosos repasaron los antecedentes.
Esa noche, durante la cena, hubo consenso para recordar que ya en 1986, en ocasión del Campeonato Argentino que se disputó en Salta, hubo un intento por crear una Asociación de Periodistas de Básquetbol. Claro, las distancias y las tecnologías de la época hicieron imposible que se concretara.
Sin embargo, hubo un intento anterior, y bastante antes. Más precisamente el Día de la Primavera de 1968. Llevaba por nombre C.E.B.A. y la sigla hacía referencia a los Cronistas Especializados del Básquetbol Argentino. 50 años y seis días antes de fundarse APREBA, nuestra Asociación de Prensa de Básquetbol de Argentina.
Aquel antecedente salió a la luz gracias al archivo de Marcelo Nogueira, quien lo encontró hurgando en las viejas ediciones de la revista Rebote. Y la publicación cuenta que la propuesta surgió de una iniciativa de jóvenes colegas en ocasión de la Comida del Básquetbol que se llevó a cabo ese 21 de septiembre en el Colegio El Salvador de la Capital Federal.
La propuesta, que contó incluso con la redacción de un proyecto de estatuto, contaba con dos fines: el “establecimiento de vínculos confraternales entre periodistas consagrados a la actividad basquetbolística” y la “dedicación integral a la divulgación, perfeccionamiento y colaboración total con los jugadores, directores técnicos, árbitros y dirigentes del básquetbol argentino”.
El entusiasmo inicial con el tiempo se fue diluyendo y la entidad finalmente no llegó a concretarse. Y tuvo que esperar mucho tiempo para hacerse realidad. Pero de algo hay que estar seguros: si hoy existe APREBA, es también por el empuje de aquellos pioneros, que estimularon aquella semilla, que tardó en germinar pero que finalmente vio sus frutos medio siglo después.
